La obra se emplaza en la ciudad de La Calera, inicio de las Sierras Chicas; sobre un terreno de fuerte pendiente (38%) y la particularidad de contar con un único ejemplar de Tala (árbol autóctono).
Ambas condicionantes, la premisa de incorporar expansiones sin pendiente con vistas a las sierras y la posibilidad de realizar la vivienda en etapas direccionaron el partido.
Una silueta a modo de muro de contención en Hormigón armado permite reubicar 260m3 de tierra, organizando la base de la vivienda.
La planta baja ubicada en contrapendiente contiene las áreas sociales; se abre hacia el norte buscando las vistas de las sierras chicas en el horizonte y en relación directa con la explanada exterior (área de juego, asador), mientras que la planta alta (dormitorios) se dispone de forma perpendicular abriéndose hacia las laderas más cercanas. Esta disposición, nos permitió generar espacios de expansión en ambos niveles, terrazas con vistas panorámicas, áreas semicubiertas.
Dos accesos diferenciados (vehicular / peatonal) buscan generar movimiento y sorpresa, un recorrido con diferentes puntos de observación captando particularidades espaciales tanto de la vivienda como del entorno.
